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miércoles, 10 de noviembre de 2010

Crónica de un desalojo

Me han enviado este relato de unos desalojos que hubo en otro poblado chabolista rumano de Madrid. Como vais a leer, en general la policía y el ayuntamiento hacen lo que les trae al pairo, pasándose en ocasiones la ley por el forro, y funcionando sin un atisbo de humanidad.

De paso comentar que éste no es un suceso fortuito, sino que es cosa de fin de semana sí y otro también.
Hace unos años se venía anunciando la orientación pauatina hacia la extrema derecha que estaba sufriendo Europa. Berlusconis, Sarkozys y la mayoría de dirigentes de países centroeuropeos lo corroboran.

Hacer oídos sordos a las tragedias y a las violaciones a los derechos humanos que se viven en otros países ya de por sí es una mierda, pero si está ocurriendo a la vuelta de la esquina podemos llamarlo pasotismo.
Aquí os dejo el texto:

"Sobre las 8:40 de la mañana del día 4 de noviembre , festividad de San Carlos Borromeo, en el solar situado entre el Camino de San Roque, Camino de Fuencarral A Hortaleza, donde hay un asentamiento de chabolas ocupadas por familia gitano rumanos se ha desplegado un operativo policial compuesto por agentes de Policía Municipal. Así mismo compareció un técnico de Gerencia de Urbanismo de Madrid, Julio Cesar Santos.

Los agentes de Policía Municipal se entrevistan con las familias y les explican que hay una orden administrativa de demolición de las viviendas. Algunos de los vecinos ya conocían que iba a desplegarse el operativo y por ese motivo han procedido de desalojar sus viviendas e incluso demolerlas, pero otros salen de las chabolas con el fin de entrevistarse con la policía, pero manifiestan que no quieren irse de ahí.

Paco Pascual -trabaja con gitanos rumanos desde la parroquia de la cañada- se entrevista con los agentes municipales quienes le informan que no hay autorización judicial para entrar en la vivienda. Ante esa situación yo informo a las familias que si no dan permiso para la demolición que regresen a sus respectivas chabolas y que cuando se acerque la policía les manifiesten que no dan permiso para la demolición.
En ese momento un agente de policía municipal me dice que informe a las familias que si permiten el acceso y la demolición de las viviendas el SAMUR SOCIAL les va atender, que si no lo hacen cuando vuelvan con la orden judicial el SAMUR SOCIAL no vendrá.
Conversamos con el agente de policía municipal argumentando que, en otros derribos practicados con autorización judicial para la entrada en domicilio igualmente ha comparecido el SAMUR y que por lo tanto su información no es exacta, pero aun así se lo explicamos a las familias.

En ese momento, Julio Cesar Santos aparece y ordena a los agentes de Policía Municipal que impida el acceso al solar descampado donde están ubicadas las viviendas por los que se impide a las familias volver a sus viviendas.
Yo doy un rodeo y entro en el solar por otro acceso, ascendiendo por un terraplén que da justo a dos de las chabolas que están en pie. Veo como se acerca la pala, y le digo a Julio Cesar Santos y a un Agente de Policía Municipal que no procedan a su derribo, que es una vivienda y que no saben si sus moradores les dan permiso, señalando que alguna de las familias ya han expresado su deseo de no ser desalojadas.

El Agente de Policía Municipal me dice que las viviendas están desocupadas, y yo les digo que eso no es cierto, de hecho en una de ellas se observan enseres personales y un pequeño hogar todavía incandescentes, y que a ellos no les consta que les haya dado permiso para entrar.
Julio Cesar Santos me grita que me vaya porque estoy en un solar del Ayuntamiento y que no tengo permiso para estar ahí, por lo que me doy la vuelta y me voy.
Bajo de nuevo el terraplén, y esperamos en la acera del Camino de Fuencarral a Hortaleza, junto al autobús y la chabola donde vive la familia Stan.

Al cabo de un rato, tiempo que no puedo precisar, baja Julio Cesar y a gritos empieza a decir a las familias que no pueden dejar sus efectos personales en la Acera que la ordenanza municipal no lo permite y manda traer a los camiones del SELUR para que se lleven todos los efectos.
Le explico que estamos esperando a que venga un camión de la parroquia para recoger los efectos personales y muebles de las familias, y comienza a gritarnos que no es posible que no hay dos leyes, una para los españoles y otra para los rumanos, y que solo hay una ley, y llama de nuevo a gritos al responsable del SELUR.

A la vez las familias empiezan a colocarse alrededor de los objetos para evitar que se los lleven. Entonces Agustín le replica que deje de gritar que ya está avisado el camión, y que no hay ningún motivo para no esperar toda vez que la máquina de la demolición todavía esta trabajando arriba. Entonces Julio Cesar me pregunta que cuanto va a tardar el camión y le digo que unos veinte minutos, mira el reloj y me responde que veinte minutos ni uno más.
Entonces manda salir de sus viviendas a la familia Stan (la familia Stan compuesta por los padres, sus nueve hijos: Pérsida, Samuel, Florín, Napoleón, Raul, Manuel, Marus, Mónica, y Ricardo , el marido de Pérsida, Ciprian, y dos nietas, Denisa de dos años y Victoria de un año, viven allí en un autobús, una caravana y una pequeña chabola) y les dice, siempre a gritos y de muy malos modos que no pueden dejar nada en la acera y que deben meter todo en la vivienda.


Salen todos y comienzan a meter en el autobús, las bicicletas, una moto correpasillos, una pequeña cocina de camping que utlizan para cocinar y un par de sillas.
Entonces nos dicen que van a derribar también la chabola de la familia Stan, Fran Stan, el cabeza de familia, dice que no que esa chabola es suya pero Julio Cesar le dice que van a derribarlo todo.
Yo le digo a Julio Cesar que nos dejen al menos sacar sus objetos personales y tras varias negativas y una discusión accede a que solo una persona entre en la vivienda y recoja las cosas.
Cuando entra Fran en la vivienda empieza a sacar las cosas, y hacemos una cadena para llevar las cosas hasta el autobús, saca la ropa del colegio de los niños –uniformes, chándal, etc… y otros enseres personales. Dos o tres agentes de Policía Municipal se apuestan en la puerta para evitar que entre nadie más en la chabola.

Cuando ya solo quedan por sacar los muebles grandes, llega Julio Cesar que se había retirado unos metros para hablar con otra persona, y le dice a Fran que salga de la chabola que va a venir la pala.
Entonces Fran dice que ese es su domicilio, y que no va a salir de ahí. Que no quiere que entre nadie en su casa, que allí vive él con sus hijos. Julio Cesar entra en la vivienda y con su manos empieza a romper el techo de la chabola, compuesto por láminas superpuestas de plástico y tela.
Inmediatamente dos Policias Municipales se colocan en la puerta de la vivienda, impidiendo el acceso o la salida de la misma.
Julio Cesar agarra del brazo a Fran y empieza a tirar de él. Como ve que no puede le pega varios empujones para dirigirlo hacia la salida. A la vez que le grita a Fran que ese no es su domicilio, que su domicilio es el autobús, que nos posible que él tenga dos casas.
Fran se zafa de Julio Cesar y se sienta en la cama gritando que esa es su casa, que duerme allí porque no caben todos en el autobús, que él vive allí con sus hijos mayores y que le traigan una papel del juez. Afirma varias veces que si le traen un papel del juez, él se irá de allí.
Yo les explico a los Agentes de Policía que ellos saben que lo que está ocurriendo no es legal, que Julio Cesar Santos no puede entrar en el domicilio de nadie y mucho menos emprenderla a empujones con él.

Julio Cesar requiere a los Policía para que entren al domicilio a sacar a Frank Stan, gritándoles que está mintiendo, que ese no es su domicilio, que su domicilio está en el autobús, pero los agentes no entran, señalando que ellos no pueden actuar así. Yo le conmino a Julio a que salga que como él mismo ha señalado antes hay una sola ley, y que él debe acudir a solicitar una autorización de entrada en domicilio una vez que el morador le ha indicado que no le permite el acceso a la vivienda. Él, al constatar que no cuenta con el auxilio de la Policía sale de la vivienda.
Julio Cesar sale de la vivienda, echando literalmente espuma por la boca, y se marcha de nuevo al solar donde la maquina sigue derribando chabolas, de allí la maquina se traslada a otra zona donde hay más infraviviendas y continua con los derribos.
Llega el camión cargamos las cosas, a la vez llegan dos técnicos del SAMUR, que nos informan que quieren entrevistarse con Julio porque hay muchas familias desasistidas, nos explican que del solar de arriba solo dos familias han solicitado alojamiento, y del solar de abajo muchas más pero que como no tienen plazas para todos van a priorizar las familias con hijos.


Nos entrevistamos con la familias, un grupo va a trasladarse a otra chabola por lo que no quieren alojamiento, pero las demás si que desean ser realojadas pero no les han ofrecido nada concreto, solo les han tomado el nombre y luego solo les han ofrecido alojamiento a las que tiene niños.
Nos dicen que si no van a ser realojadas que prefieren conservar su cosas. Jorge se entrevista de nuevo con el SAMUR quien confirma que efectivamente no hay plazas para todos.
Cargamos las cosas en el camión camino de la parroquia, y al pasar por un solar, dicen que van a intentar levantar allí otra chabola, les dejamos allí, y nos vamos pero a los diez minutos nos llama una patrulla y nos dice que nos les van a dejar asentarse. Así que nos informan que acudamos a la sede del SAMUR SOCIAL que allí les van a ofrecer algo.
Cargamos las cosas de nuevo al camión, nos vamos a la parroquia de Santo Domingo de la Calzada descargamos, nos vamos a San Carlos Borromeo, comemos y a las cinco de la tarde entramos en la sede central del SAMUR SOCIAL para solicitar alojamiento.
A las cinco, mientras entrabamos por la sede del SAMUR SOCIAL, nos informan que la policía ha desalojado otra vez la chabola donde se habían alojado un grupo de 12 personas de las demoliciones de por la mañana.

Acordamos el que vamos a elegir un representante de cada familia afectada, en total cinco, para negociar con los técnicos del Samur Social junto con Patuca y Paco Pascual. Los demás nos quedamos en el zaguán que existe a la entrada del edificio junto con el resto de los familiares afectados, en total unas quince personas.

Durante tres horas que son las que estuvieron dentro del recinto Patuca, Paco y los representantes de las familias, nos daban informaciones contradictorias, que si íbamos a conseguir albergue para todos, que tenían una actitud positiva y dialogante para con los rumanos, etc. A medida que iba pasando el tiempo la actitud positiva se fue volviendo negativa y, la solución del problema que era inminente pasaba a ser que no había nada que negociar. A las 20h15’ llegó una persona en una moto, resultó ser el director del centro, así se identificó él, y, lo que hizo, fue ponerse a hablar con Ciprian, gitano rumano que estaba haciendo las veces de traductor, no dando ninguna representatividad a Patuca y a Paco que estaban alli para hacer eso, negociar y representar. El caso que a partir de ese momento Patuca llama a Jorge, que estaba fuera, para que entre y participe de la negociación.
La situación se va tensionando por momentos, la persona que dijo que era el director, con una violencia inusitada, una actitud grosera, arrogante, chula y zafia empezó a tutear a Patuca diciéndole: no voy a negociar con vosotros, yo no tengo nada que hablar con vosotros, yo no he venido aquí por vosotros, y un largo etc. Por mas que intentó Paco mediar, hablar, relajar, etc, fue imposible, la persona que se autopresentó como director del centro se iba poniendo cada vez mas grosero y mas hostil, a partir de ese momento, Jorge comunicó que no nos íbamos a ir del pasillo en el que estábamos hablando, eso les pilló con el paso cambiado, se puso mas borde, empleados que había junto a este señor empezaron a reprocharnos nuestra actitud, que vaya que vaya educación que tienen, pero como se va a negociar con personas así, que si teníamos que salir de alli porque dificultábamos el trabajo de los técnicos y un largo etc. Nos amenazaron con que llamarían a la policía si nos íbamos, y Jorge, tranquilamente dijo que la llamaran pero que no nos íbamos. Al cabo de unos 20 minutos se personaron 4 agentes de policia municipal invitándonos a que desalojáramos, empujones, discusiones, algún que otro grito y al final depusimos nuestra actitud yéndonos a una sala en la que había máquina de refrescos, café, etc, allí estuvimos hablando con el sargento de policía que dirigía el dispositivo, explicándole la actitud de aquel señor, diciéndole lo que estábamos intentando negociar, etc.
El caso que este señor hizo labor de mediación y, gracias a él, conseguimos que alojaran a una familia con tres hijos y que al día siguiente se tuviera una reunión con Ernesto Cabello, subdirector de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid, al momento salimos del edificio y nos fuimos con el resto de las familias rumanas, cuatro, en total personas a San Carlos Borromeo para prepararles el alojamiento. A las 22h30 abandonábamos el recinto del Samur Social
Una vez que les facilitamos algo de comer, nos fuimos a recoger a otras familias que estaban en Las Tablas en la calle, encima de sus enseres, colchones, mantas, alguna que otra bolsa de plástico con sus pertenencias, etc. el espectáculo era deprimente. Vigilados por la policía municipal sin preocuparles, a la policía, en las condiciones que estaban.
Se montaron las 12 personas que estaban en la calle y nos dirigimos de nuevo a San Carlos para que se alojaran allí también. Por lo menos que pasaran la noche en un lugar tranquilo, caliente y, sobretodo, digno.


VIERNES 5 de noviembre

1 comentario:

Estrafilococo dijo...

5 de noviembre de 2010??? madre mia, como funcionan las cosas, sinceramente no me sorprende absolutamente nada de lo que cuenta. que pena mas grande....
Uno no sabe ni que decir, se le queda hasta mal cuerpo...