(este tipo es de los poco autores que me hacen vibrar, que me zarandean, me obliga a replantearme, cuelgo este fragmento porque me gustó mucho, contiene varias ideas interesantes, que, podría analizar, separar, disgregar para acotar, solo un poquito algunas de las ideas que se plantean y como se contradicen dentro de mis ochenta kilos de altura)
(Utilizo "//" para señalizar donde empienzan y acaban de decir algo, queria utilizar otra cosa pero me daba un error de http, o como sea eso)
Se detuvo lo suficiente para encender otro puro, y después prosiguió.
//Me gustaría decir otra cosa más. Ahora ya sé a qué venía eso. Es lo siguiente: compadezco al tipo que haya nacido escritor. Por eso es por lo que tomo tanto el pelo a este andoba; intento desanimarlo porque sé lo que le espera. Si de verdad vale algo, está apañado. Un pintor puede producir media docena de cuadros en un año... según me han dicho. Pero un escritor... pero bueno, si a veces tarda diez años en escribir un libro y, como digo, si es bueno, tarda otros diez años en encontrar editor, y después de eso tienen que pasar por lo menos de quince a veinte años antes de que sea reconocido por el público. Es casi una vida... para un libro, tú fíjate. ¿Cómo va a vivir mientras tanto? Bueno, suele vivir como un perro. A su lado un mendigo lleva vida de príncipe. Nadie emprendería esa carrera, si supiese lo que lo espera. Para mí, es un disparate de pies a cabeza. Te digo rotundamente que no vale la pena. El arte no es algo que deba producirse así. Lo que pasa es que en la actualidad el arte es un lujo. Yo podría salir adelante sin leer nunca un libro ni mirar un cuadro. Tenemos muchas otras cosas: no necesitamos libros ni cuadros. La música, si... la música siempre la necesitaremos. No necesariamente buena música..., pero música. En cualquier caso, ya nadie escribe buena música... Tal como yo lo veo, el mundo se está echando a perder. No se necesita demasiada inteligencia para salir adelante, tal como están las cosas. De hecho, cuanto menos inteligente eres, mejor posición tienes. Todo está organizado de tal modo, que te sirven las cosas en bandeja. Lo único que necesitas es saber hace una sola cosita medianamente bien; te afilias a un sindicato, haces el menor trabajo posible, y, cuando te jubilas, te pasan una pensión. Si tuvieras alguna inclinación estética, no podrías pasar por la estúpida rutina año tras año. El arte te vuelve inquieto, insatisfecho. Nuestro sistema industrial no puede permitir que eso ocurra: así, que te ofrecen pequeños sucedáneos tranquilizantes para hacerte olvidar que eres un ser humano. Pronto no habrá arte en absoluto, te lo aseguro. Habrá que pagar a la gente para que vaya a un museo o para que escuché un concierto. No digo que vaya a seguir así para siempre. No, justo cuando lo tengan todo afianzado, cuando todo vaya como la seda, cuando ya nadie proteste, cuando nade esté inquieto ni insatisfecho, se vendrá abajo. El hombre no está destinado a ser una máquina. Lo curioso de todos esos sistema utópicos de gobierno es que siempre están prometiendo liberar al hombre..., pero primero le hacen funcionar como un reloj con cuerda para ocho días. Piden al individuo que se convierta en un esclavo para establecer la libertad para la humanidad. Es una lógica extraña. No digo que el sistema actual sea el mejor. En realidad, sería difícil imaginar algo peor que lo que tenemos ahora. Pero sé que no va a mejorarse abandonando los poco derechos que ahora tenemos. No creo que necesitemos más derechos: lo que creo que necesitamos es ideas más amplias. Joder, cuando veo lo que los abogados y los jueces intentan preservar, me dan ganas de vomitar. La ley no tiene la menos relación con las necesidades humanas; es una estafa perpetrada por un sindicato de parásitos. Coge simplemente un libro de derecho y lee un pasaje cualquiera en voz alta. Si estás en tu sano juicio, parece demencial. Y es demencial, por Dios, ¡Si lo sabré yo! Pero, joder, si empiezo a impugnar la ley, tengo que impugnar también otras cosas. Me volvería chiflado, si mirara las cosas con ojos lúcidos. No puedes hacerlo... si no quieres perder el paso. Tienes que mirar de reojo, mientras avanzas; tienes que fingir que tiene sentido; tienes que hacer suponer a la gente que sabes lo que estás haciendo. Pero ¡nadie sabe lo que está haciendo! No nos levantamos por la mañana y pensamos lo que nos traemos entre manos. ¡No, padre! Nos levantamos en medio de una niebla y nos movemos torpemente por un túnel oscuro y con resaca. Aceptamos el juego. Sabemos que es un fraude asqueroso y repugnante, pero no podemos evitarlo: no hay alternativa. Nacemos en una organización determinada, estamos condicionados por ella: podemos hacer algunas chapuzas por aquí y por allá, como en un barco que hace agua, pero no hay forma de rehacerla, no hay tiempo, tienes que llegar a puerto, o te imaginas que tienes que llegar. Naturalmente, nunca llegaremos. El barco se hundirá antes, créeme... Bueno, pues, si yo fuera así, Henry, si me sintiese tan seguro como él de que era un artista, ¿crees que me molestaría en demostrárselo al mundo? ¡Yo, no! No pondría ni un renglón por escrito; me limitaría a pensar mis ideas, soñar mis sueños, y dejar las cosas así. Tomaría cualquier empleo, cualquier cosas que me permitiera comer, y diría al mundo: “¡Anda y que te den por culo! ¡A mí tú no me impones nada! No me estás matando de hambre para demostrar que soy un artista. No, señor: sé lo que sé y nadie puede convencerme de lo contrario”. Me limitaría a arrastrarme por la vida, haciendo justo lo menos posible y divirtiéndome lo más posible. Si tuviera ideas válidas, ricas, jugosas, las disfrutaría todas solo. No intentaría hacérselas tragar por la fuerza a la gente. Me haría el tonto la mayor parte del tiempo. Sería servil, me colocaría a la altura del betún. Les dejaría que me pisaran, si lo deseaban. Siempre y cuando supiese con toda el alma que era de verdad alguien. Me retiraría justo en la mitad de la vida; no esperaría a ser viejo y decrépito, hasta que me hubieran machacado y luego me diesen el Premio Nobel... Sé que esto parece un poco disparatado. Sé que hay que dar forma y sustancia a la ideas. Pero estoy hablando sobre saber y ser y no sobre hacer. Al fin y al cabo, llegar a ser algo sólo para serlo... no sería nada divertido estar llegando a ser todo el vierto ¿verdad? Bien, supongamos que te dices a ti mismo: al infierno eso de llegar a ser un artista, sé que lo soy, me voy a limitar a serlo... entonces ¿qué? ¿Qué significa ser un artista? ¿Significa que tienes que escribir libros y pintar cuadros? Eso es secundario, me parece... eso es la simple prueba de que lo eres... Supongamos, Henry, que hubieras escrito el libro más importante jamás escrito y que perdieses el manuscrito justo después de haberlo acabado. Y supongamos que nadie supiese que habías estado escribiendo el gran libro, ni siquiera tu amigo más íntimo. En ese caso estaría como yo, que no he puesto ni un palabra por escrito, ¿no es así? Si los dos muriésemos en ese momento, el mundo nunca sabría que uno de nosotros fue un artista. Yo me lo habría pasado en grande y tú habías perdido tu vida.//
En aquel momento Ulric no puedo soportar más. //Es justamente lo contrario//, protestó. //Un artista no disfruta de la vida al eludir su tarea. Tú serías el que habrías desperdiciado tu vida. El arto no es una actuación de solista; es una sinfonía en la oscuridad con millones de participantes y millones de oyentes. El disfrute de una idea hermosa no es nada en comparación con el disfrute que proporciona darle expresión... expresión permanente. De hacho, es casi una absoluta imposibilidad dejar de dar expresión a una gran idea. Sólo somos instrumentos de un poder superior. Somos creadores por permiso, por gracia, por decirlo así. Nadie crea solo y por sí mismo. Un artista es un instrumento que registra algo ya existente, algo que pertenece al mundo entero y que, si es un artista, se ve obligado a devolver al mundo. Guardarse las ideas hermosas para sí mismo sería como ser un vistuoso y sentarse en una orquesta con los brazos cruzados. ¡Es imposible! Por lo que se refiere a ese ejemplo que has puesto yo compararía a esa persona con un músico maravilloso que hubiera estado tocando con la orquesta todo el tiempo, sólo que en otra habitación, donde nadie lo oía. Pero eso no haría que fuera menos partícipe ni le privaría del placer de haber seguido al director de orquesta ni le impediría oír la música que su instrumento emitía. Tu mayor error es el de pensar que el desfrute es algo gratuito, que, si sabes que eres capaz de tocar el violín, pues eso es igual que tocarlo. Es tan absurdo, que no sé por qué me molesto en discutirlo. Por lo que se refiere a la recompensa, estás confundiendo siempre reconocimiento con recompensa. Son dos cosas diferentes. Aunque no te paguen lo que haces, por lo menos tienes la satisfacción de hacerlo. Es una lástima que insistamos tanto en que se nos pague por nuestros trabajos: en realidad no es necesario, y nadie lo sabes mejor que el artista. La razón por la que lo pasa tan mal es porque elige hacer su obra gratuitamente. Olvida, como tú dices, que tiene que vivir. Pero en realidad eso es una bendición. Es mucho mejor estar preocupado con ideas maravillosas que con la próxima comida, o el alquiler, o un par de zapatos nuevos. Naturalmente, cuando llegas al punto en que tienes que comer, y no tienes nada que llevarte a la boca, entonces la comida se convierte en una obsesión. Pero la diferencia entre el artista y el individuo corriente es que, cuando el artista consigue efectivamente una comida, vuelve inmediatamente a su mundo ilimitado, y mientras se encuentra en ese mundo es un rey, mientras que tu estúpido hombre medio es una simple estación de servicio sin nada en los intervalos más que polvo y humo. Y, aun suponiendo que no seas un tipo corriente, sino un individuo acaudalado, que pueda entregarse a sus aficiones, sus caprichos, sus apetitos: ¿supones por un instante que un millonario goza de la comida o del vino o de las mujeres como un artista hambriento? Para gozar de algo tienes que prepararte para recibirlo; entraña cierto control, disciplina, castidad, podríamos decir incluso. Sobre todo, supone deseo, y el deseo es algo que tienes que alimentar mediante una vida recta. Hablo ahora como si yo fuera un artista, y en realidad no lo soy, sólo soy un ilustrador comercial, pero sé lo suficiente sobre la cuestión como para decir que envidio al hombre que tiene el valor de ser un artista: lo envidio porque sé que es infinitamente más rico que ninguna otra clase de ser humano. Es más rico porque se prodiga, se entrega todo el tiempo, y no sólo entrega trabajo o dinero o regalos. Tú no podrías de ningún modo ser un artista, en primer lugar, porque te falta la fe. Tú no podrías de ningún modo tener ideas hermosas porque las matas por adelantado. Niegas lo que hace falta para crear belleza, que es el amor, el propio amor a la vida, el amor en sí. Ves el defecto, el gusano, en todo. Un artista, aun cuando detecte un defecto, lo convierte en algo impecable, si puedo decirlo así. No intenta fingir que un gusano es una flor o un ángel, sino que incorpora el gusano a algo superior. Sabe que el mundo no está lleno de gusanos, aun cuando vea un millón o miles millones de ellos. Tú ves un gusanito y dices: “Mira, ¡fíjate qué podrido está todo!” No puedes ver más allá del gusano... Bueno, excúsame, no pretendía expresarlo tan cáustica ni personalmente. Pero espero que comprendas lo que quiero decir...//
//No te preocupes// dijo MacGregor viva y alegremente. //Es bueno conocer de vez en cuando la opinión de los demás. Puede que tengas razón. Tal vez yo sea excesivamente pesimista. Pero estoy hecho así. Creo que sería mucho más feliz, si pudiera ver las cosas com tú... pero no puedo. Además, debo confesar que en realidad nunca he conocido a un buen artista. Sería un placer hablar con alguno un día.//
//Bueno//, dijo Ulric, //has estado hablando toda tu vida con un sin saberlo. ¿Cómo vas a reconocer a un buen artista, cuando lo encuentres, si no puedes reconocerlo en este amigo tuyo?//
//Me alegro de que hayas dicho eso//, gritó MacGregor. //Y ahora que me has empujado hasta las cuerdas, reconozco que creo efectivamente que es un artista. Siempre lo he pensado. Por lo que se refiere a escucharle, pues... también lo hago, y muy en serio. Pero es que también tengo mis dudas. Mira, si le escuchara durante el tiempo suficiente, me hundiría. Sé que tiene razón, pero es lo que te he dicho antes: si quieres salir adelante, si quieres vivir, no puedes permitirte esas ideas. ¡Desde luego, que tiene razón! Me cambiaría por él en cualquier momento, por ese sinvergüenza con suerte. ¿qué he conseguido con todos mis esfuerzos? Soy abogado. ¿Y qué? Igual podría ser una mierda pinchada en un palo. Pues, claro, ni que lo jures: me gustaría cambiarme por él. Sólo que no soy un artista, como tú has dicho. Supongo que lo malo de mí es que no puedo soportar la idea de que soy un don nadie...//
2 comentarios:
Bravo
Dios, me ha parecido impresionante!
Me ha costado un poco ordenar algunas cosas, ya ke no hay guiones ni cosas de esas y el texto es un poco denso, pero mi opinion a rasgos generales es la siguiente.
Me ha parecido cojonudo el pesimismo del primer personaje, la forma de retratar lo repugnante ke es la justicia, lo deprimente ke es levantar por la mañana como un robot, ese caminar por la vida fingiendo ke sabes lo ke haces... y ha utilizado todo eso para expresarte la idea de ke el odia el mundo en el ke vive. Yo tambien lo odio, y siempre me ha costado mucho encontrar las palabras exactas para expresar este sentimeitno tal y como lo veo dentro de mi cabeza. Y creo ke este tio ha conseguido hacerlo a la perfeccion.
Si bien, no estoy nada de acuerdo con su forma de encajarlo, con esa filosofia de "ke le den por culo al mundo!" y de guardarse todo lo bueno para uno mismo. Me parece un razonamiento muy insensible para tanta sensibilidad. Los ke tienen cosas ke dar y se las guardan me parecen aun mas despreciables y vacios ke los ke no tienen nada ke dar.
Pero luego esta la magistral intervencion del amigo Ulric hablando del artista, la cual me ha dejado literalmente sin palabras porke ya esta todo dicho. Lo dice todo sin dejarse en el tintero. Y de todo, me kedo con esto:
"Tú no podrías de ningún modo ser un artista, en primer lugar, porque te falta la fe. Tú no podrías de ningún modo tener ideas hermosas porque las matas por adelantado. Niegas lo que hace falta para crear belleza, que es el amor, el propio amor a la vida, el amor en sí."
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